jueves, 14 de noviembre de 2013

La tumba de un estoico

En el cementerio civil de La Almudena (Madrid) se encuentran algunas joyas del ateísmo patrio. El paradójico epitafio fue formulado con algo más de precisión por Séneca ("Post mortem nihil, ipsaque mors nihil"); hay que pensar que en 1842 el difunto L. Meneses Puertas dejaba atrás una España poco comprensiva con sus principios filosóficos. La foto es del blog de Miquel Veny: gracias.


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